Caía la tarde Sevillana con la promesa de una noche de hard rock por todo lo alto, y vaya si fue así, menuda descarga…
Crazy Lixx dejaron claro que venían a por todas. Los compañeros de gira y compatriotas de H.E.A.T son una banda con un largo recorrido y muchas tablas, cosa que no dudaron en demostrar con su habitual rollo canalla típico del más puro hard rock americano de los ochenta. Fueron de los pioneros en la nueva ola Sleaze Metal Sueco y dieron un show fresco y potente.
Los de Mälmo fueron los encargados de romper el hielo y salieron dispuestos a hacerse con la sala, cosa que consiguieron en los primeros acordes de Whiskey tango foxtrot, single más reciente de la banda, de este mismo año. Continuaron con Anthem for America en la que Danny Rexon ondeó la bandera, potenciando visualmente sus ya de por sí evidentes influencias.
Los presentes les vitorearon y corearon los temas desde el principio, había hambre de diversión en el ambiente y los suecos continuaron saciándola con el tema XIII, en el cual Danny salió ataviado con su máscara y su micro-machete, trayéndonos “Viernes XIII” a la sala en otra demoledora canción en la que el público se dejó la voz. Con una puesta en escena impecable y divertida nos hicieron vibrar mientras nos dejaban momentos como en el que el vocalista amenazaba con el machete a Chrisse Olsson durante su buen solo de guitarra.
El trío Jens Lundgren, Jens Sjöholm y Chrisse Olsson, saben muy, pero que muy bien como dar juego sobre el escenario, moviéndose, cambiándose de lugar entre ellos, interactuando con el público, haciendo unos demoledores coros a la voz principal e imprimiendo esa actitud macarra de aquella época dorada. Dejándonos estampas de portada de disco cada 20 segundos.
Los siguientes temas fueron Silent Thunder, Rise Above y Walk the Wire, todas muy bien recibidas por el público, en el que claramente se encontraban muchos seguidores de su trabajo y no solamente del de sus compañeros.
Tras ella llegó el turno de 21’til I die una de mis favoritas de la gira, en la era imposible no saltar y corear con fuerza junto a Danny, dejándonos llevar por la pegada de Joel Cirera, los riffs y solos de las guitarras de Jens Lundgren y Chrisse Olsson y la potencia, la actitud y el buen rollazo de Jens Sjöholm al bajo.
Por último cerraron con Never Die, aunque habríamos preferido que tocaran varios temas más. Una lástima que Danny no se encontrara bien vocalmente y decidieran recortar un show que ya de por sí no era demasiado largo para lo que nos hubiera gustado y para lo que el grupo ofrece.
Para mí se han convertido en una banda indispensable. Les había escuchado antes, pero he tenido la oportunidad de verlos tres veces en esta gira, no les había podido ver antes y puedo decir que en cada bolo me han gustado un poco más que en el anterior. Tienen un gran directo sin lugar a dudas.
Tras tremenda entrada en calor con Crazy Lixx, llegó el momento de H.E.A.T, quienes fueron entrando al escenario mientras sonaba su habitual introducción con “The Heat is on” de Glenn Frey, para seguidamente, romper a lo bestia con el potentísimo Demon Eyes, de su último trabajo, Force Majeure y en el que un Kenny Leckremo en plena forma entró al escenario corriendo, pletórico de energía, como el torbellino que es.
Los gritos, saltos y entrega del público no se hicieron esperar y lo cierto es que no cesaron en el resto de la noche.
Antes de darnos cuenta, y sin dejarnos respirar, continuaron sin tregua con Rock your body de H.E.A.T II, temazo que como la mayoría del set list, era imposible no bailar.
Desde que pusieron un pie en el escenario dejaron claro que son unos animales del directo, saben bien lo que se hacen, saben ganarse al público y tienen una hermandad y complicidad entre ellos que hace que todo salga rodado.
Hollywood, también del último disco, fue la siguiente, es ya todo un himno entre sus seguidores y fue bastante evidente en como respondió la sala a los primeros acordes de Dave Dalone a las seis cuerdas.
Con Downtown bajaron un poco la intensidad, dándonos ocasión para recuperar el aliento, aunque sólo un poco, pues también fue coreado voz en grito pese a ser más lenta y sirviendo de puente para introducir una de las que más esperaba, One By One, con la que la sala volvió a venirse arriba y a volcarse, seguida de Never let go, de la primera etapa de Kenny con la banda y que quizás fue de las que se cantó más tímidamente desde el público, nada que no se remediara al sonar Come clean. Los temas estuvieron elegidos de una forma muy inteligente, debo decir y en general, fue una selección muy muy potente.
Con el siguiente bloque ya la gente enloqueció con temas como Breaking de Silence o Living on the run, ambas del Adress the Nation, y ampliamente conocidas, que si ya nos estábamos dejando la voz cantando con ellos en las anteriores, con estas ya no había medida, tras las cuales sonó la siempre movida y divertida Beg beg beg en la que Kenny suele jugar con el público para hacerlo gritar aún más si cabe.
Cry fue el momento más emocional de la noche y tras la que llegamos al punto de no retorno, nunca mejor dicho, de la recta final del concierto con Point of no return del disco Tearing down the walls. Un final demoledor y sin piedad con Back to the Rhythm, Dangerous Ground y A shot of redempion con la que acabaron por todo lo alto con la sala hirviendo.
El concierto nos dejó grandes momentos con Kenny interactuando en Español con el público, el sólo de batería de Crash, la actitud de Jimmy Jay, que cada vez es más grande, siempre implacable con su bajo, el sólo a las teclas del siempre maravilloso Jona Tee y su trabajo en general en cada tema, los coros que hacen todos los componentes, las armonías, el momento en que Dave, Kenny y Jona tocaron el teclado juntos e infinidad de pequeños detalles rebosantes de carisma y simpatía.
Todos ellos son increíbles. Contar con un músico como Jona es un lujo para cualquier grupo, el estilo de Dave es exquisito, al igual que el trabajo y carisma de Crash y Jimmy, pero tengo que decir, además, que Kenny Leckremo es una bestia, en todos los sentidos. Su habitual calidad vocal inquebrantable durante todo el show, pese a no parar de saltar y correr de un lado para otro y sin resentirse en ningún momento por el cansancio, demostrando su excelente forma física y su desbordante energía. Pese a pasar el concierto luchando con el dolor por el incidente con el mástil de la guitarra de Dave, no permitió que eso afectase a la calidad e intensidad del espectáculo y eso, señores, es ser un profesional como la copa de un pino y demostrar una actitud admirable. Porque creedme: le dolía.
Sevilla vibró, y de qué manera, al ritmo de los suecos (¡Gracias otra vez, Suecia!) Pisaron la ciudad por primera vez y, aunque si hubiera sido en fin de semana, habría habido mayor afluencia de público, Sevilla se enamoró de ellos. Esperemos que esta noche haya sido tan sólo el principio de una larga relación con la ciudad y la incluyan como punto habitual en sus giras a partir de ahora.
Me consta que hubo gente que se desplazó desde otras provincias para verlos y eso en un martes es todo un logro, pero claramente los chicos lo merecen. Me sorprendió y alegró la asistencia y entrega que hubo siendo un día entre semana, que sabemos que no es sencillo.
Yo hace mucho que les sigo y he hablado mucho de ellos a gente que no les había visto tocar nunca y me alegro de que muchas de esas personas hayan podido verlos y experimentar el volcán que la banda crea en el escenario y ahora sepan que lo que se habla de ellos es poco para lo que son y lo que dan, porque lo dan todo cada noche, son unos músicos tremendamente generosos además de talentosos.
En general, las dos bandas estuvieron espectaculares y si eché algo en falta, es simple y llanamente que ambos grupos hubieran tocado más tiempo.
A todos los que estuvisteis presentes y no les conocíais antes, solo puedo deciros… Bienvenidos a la familia ;)
Crónica: Laura Akasha.
Fotografía: Esteban Castro.
Video: Daniby