El pasado día 12 tuve la fortuna de poder asistir a un evento increíble. Llegados desde Canadá y Reino Unido, dos grupos que teniendo una forma muy distinta de mostrarlo, destilaron lo mejor del espíritu del metal.
Con puntualidad británica, como no podía ser de otra manera, Seven Sisters se presentaron ante la audiencia con un sonido limpio, cargado de un aura suave y sosegada que poco a poco aumentaba en el ritmo y la contundencia de sus canciones, rememorando el sonido clásico del hard rock/metal de los 80. Unas armonías que nos transportaban al sonido de los grupos clásicos del auge del metal británico, una base de bajo contundente que complementaba a la perfección el cuerpo central de las melodías y unas guitarras acompasadas, jugando a “las carreras” en los puentes y estribillos, hacían disfrutar a todos y cada uno de los asistentes.
Con un Set list de 8 cortes, lograron crear un clímax de euforia, que fue pasando de menos a más con cada canción. El público coreaba a viva voz los temas (la 1ª fila sé sabia las letras perfectamente) y saltaba y bailaba enérgicamente contagiados de la fuerza de unos rifts de guitarra vibrantes compenetrándose perfectamente con el grupo, en una interacción digna de ver y disfrutar, gracias a la cercanía de los británicos, que era tal que incluso el bajista abandono el escenario para fundirse con el público en el transcurso de su última pieza, lo que termino por ganarse totalmente a un público de por sí entregado.
Y llegó el turno de los canadienses Riot City. Desde el 1º instante se pudo apreciar el devenir de su actuación, pues todos y cada uno de sus miembros tenían una energía increíble y sobre todo su frontman, que solo puede catalogarse como INAGOTABLE. Desde su primera canción “hunter” el despliegue vocal, visual y anímico de la formación, poseyó a los presentes, la fuerza de sus guitarras, la contundencia de la batería, el cuerpo grueso del bajo, azotaban con una velocidad impresionante al público, impregnando la sala de una positividad y una fuerza inusitadas.
El escenario se hacía pequeño ante la frenética actividad de los miembros del grupo, que no pararon quietos ni un instante, interactuando entre ellos, intercambiando sus posiciones y trepando por cada uno de los altavoces y monitores que encontraron en su camino. Fue un detalle a destacar que en un pequeño instante de fallo técnico (uno de los guitarristas se quedó sin cable), el saber hacer de los demás miembros, hizo que pasar inadvertido mientras improvisaban una base rítmica bestial que nos hizo creer que era parte de uno de los temas propios y disfrutáramos sin darnos cuenta siquiera. Solventado el pequeño fallo, el concierto siguió su devenir con aún más fuerza si cabe.
La potencia musical del grupo y la capacidad de los agudos del cantante atronaban la sala sin parar, incluso durante las presentaciones de rigor de los distintos temas, la energía no disminuía, las bromas ocasionales para con el público animaban a seguir con la euforia alta, los espacios para saltar a placer se agradecían, pues los ritmos potentes e incansables de los canadienses nos tenían a todos en un estado de excitación permanente.
Musicalmente fue una de las noches más excitantes y satisfactorias que he vivido en los últimos tiempos en nuestra ciudad. Dos grandes bandas que para muchos eran desconocidas y fueron una sorpresa maravillosa y para otros un regalo inesperado de martes. Como era de esperar la afluencia de público fue limitada en número (mal día y esto es Sevilla) pero todos y cada uno de los presentes lo dio todo; Los grupos fueron maravillosos y la sensación general fue la de que en un fin de semana, la sala habría estado a reventar. Una noche perfecta de música, hermandad y buen ambiente que guardaremos en la memoria durante muchísimo tiempo.
Texto: Arus3000
Fotos/Videos: Daniby