Los alemanes Primal Fear llevan destilando power heavy metal desde 1997 y a fecha de hoy 5/9/25 sigues con su receta mágica sin perder un ápice de frescura y calidad.

 Con Domination han logrado algo que ya añoraba desde su Metal Commando de 2020, un continuo de riffs poderosos y una batería contundente que sin pausa o piedad te inunda de la energía brutal, un clásico en los alemanes, durante 13 cortes de metal en todo su esplendor.

Todo empieza con “The Hunter”. Una intro de guitarras bien armonizadas y unos toques de batería dando color que van dejando su sitio a los archifamosos “screams” de Ralf y que rompen en un riff duro y contundente. La voz en un tono medio durante las estrofas y armónica durante el puente no llevan hasta el estribillo donde voz e instrumentos se ecualizan para sonar en la misma nota, color y textura, haciendo la musicalidad del mismo un instrumento más en la canción y de regreso a la crudeza de las estrofas por un breve instante, cuando  una vez mas nos envuelven en ese conjunto de puente y estribillo lleno de energía, que llena los oídos y crea una ligera corriente que eriza la piel. El solo de guitarras junto a como golpean las lineas de bajo y el retumbar en el pecho del ritmo enérgico de la batería, son la transición perfecta que corona esta pieza, una mezcla de suavidad en puente y estribillos y fuerza arrolladora en las estrofas.

 

 Sin dejar descansar “Destroyer” asalta con unas guitarras en sincronía que van aumentando su volumen e intensidad a la vez que la batería las anima a ser cada vez mas enérgicas. La voz entra en juego creando la sensación de que será un derroche de tonos altos y fuerza explícita, pero engaña totalmente y se queda en un tono medio y que goza en ciertos momentos de gravedad tonal, llegando a ser incluso áspera en el puente, y volviendo a la nitidez del inicio en un estribillo de notas medias y con una fuerza calmada sin necesidad de velocidad; y siendo la crudeza de la intensidad en la interpretación la que carga con el peso de la pieza. Pero no nos dejemos engañar por lo “relajado” de la voz, pues la batería, los toques profundos de un bajo perfectamente sincronizado y la progresión del sonido grueso a notas altas de las guitarras, que destacan sobretodo en el solo, y como la voz  poco a poco se vuelve mas aguda y alta conforme termia la pieza; dan una energía intensa con un ritmo frenético.

 

“Far away” es con todas las letras el himno de este disco. Con una melodía marcada desde el principio por las lineas de guitarra, la estructura clásica de estrofa doble, puente y estribillo con coros crean una canción pegadiza que destila positivismo de principio a fin. La batería sin muchos alardes ni cambios bruscos a  excepción de una bajada de las revoluciones en el momento del solo, no baja la vertiginosa velocidad que imprime a todo el tema. Las guitarras acorde al estilo de la canción rasgan notas a diestro y siniestro, alternando entre el riff que da cuerpo al tema y la melodía sonora que parece ser una linea vocal mas junto a la creada por Ralf. Un despliegue de energía de principio a fin, brutal y sin pausa que hace que incluso siendo la 1º escucha, corees el estribillo del tema.

           

“I am the primal fear” Contundente, solida, con un ritmo y estilo que te hace mover el cuello al compás de las guitarras. La voz lo da todo desde un tono profundo a los finales de verso alargados culminados en todo altos y vibrantes. Los toques rítmicos de bajo y percusión mantiene ese estado de poderío sereno, de saberse fuertes y controlando la situación sin tener que hacer alardes de fuerza, pero mostrando la potencia que caracteriza los temas de ritmo pausado de la banda. Los vibratos de voz y cuerdas en el coro le dan un cuerpo pesado sin perder dinamismo, el solo de guitarra acompaña en la sensación de textura y estilo de la voz, siendo elegantemente sosegada, que no lenta o floja. Un pequeño remanso de paz que te hace sentir ufano en tu poder cuando escuchas el corte.

 

“Tears of fire” tiene un nombre tan poderoso como lo es la canción. Un despliegue de ritmos, sensaciones, tonos, frecuencias, ritmos y color en voces e instrumentos. El peso de la emoción de la canción se asienta en la manera que tiene la linea vocal de jugar con la variación de tono y tensión en la voz, en como alarga las ultimas lineas de los coros y como las guitarras pasan de notas fuertes y marcadas a una suavidad y manera delicada de sonar, mas nítida, menos dura que en el puente o estrofas, moviéndose entre la fuerza contundente y áspera de los riffs y el sentir suave de notas mas altas y definidas, formas que se fusionan en un solo enérgico que destaca por su velocidad final, para volver a un coro precioso a dos tiempos y dos voces, creando un efecto de eco que culmina en un épico agudo y rasgado “scream” final.

 

“Heroes and Gods” Velocidad, fuerza y un crescendo que explota en un coro mas pausado creando el contraste. La voz ondulante que se alza sobre unas guitarras que disparan las notas sin cesar pero sin saturar ni escupir una sola y un doble bombo atronador inagotable, crean una pieza tan solida como sencilla. No siempre hacer mil giros y buscar florituras hacen de un tema algo grande y este es el caso mas claro. Sencillo en su estructura pero con una ejecución y una esencia perfectas.

 

Con “Hallucinations” tenemos un regalo auditivo. Una pieza enteramente instrumental que nos abraza con ternura y nos envuelve en una serenidad recogiéndonos tras la fuerza del tema anterior y que parece buscar calmar el animo. Escalas imposibles, repiques de batería en sus tiempos justos y equilibrados con la sensación de paz del corte. Una escucha que se antoja repetir una y otra vez, antesala de lo que nos espera justo después....

           

“Eden”, la canción lenta o balada que todo amante del metal espera encontrar en un disco como este. Siguiendo el arrullo de la pieza anterior, unas notas de piano/teclado, secundadas por unos acordes densos y de cierto sabor oscuro, casi triste. Dan pies a una voz madura, suave y con una esencia melancólica, recreándose en dar un aire de inmensidad. El ritmo pausado gana intensidad sin aumentar su velocidad, las guitarras se funden con las notas del teclado creando la atmósfera perfecta para que el bajo pegue fuerte en la boca del estomago cuando la voz se parte con emoción desatada. Llegamos al solo donde unas pinceladas de de un ritmo más intenso

ofrece el cuerpo que voces y guitarras necesitan para cambiar la sensación de la canción de algo triste a una esperanza sutil, como si de un resurgir espiritual se tratase. Los coros de voz femenina que se escuchan en momentos puntuales de la composición y como refuerzo a la voz principal, culminan el conjunto de sensaciones que nos crean durante toda la pieza, con un toque cristalino , casi onirico.

“Scream” aunque comparte en su inicio la misma melodía que el tema anterior, posee una fuerza y espíritu diametralmente opuesto, donde teníamos paz y delicadeza, tenemos una energía desafiante y una fuerza indiscutible. El estribillo simple pero con una cadencia qe invita a levantarse física y emocionalmente. El bajo retumba sin parar durante todo el tema, dando una profundidad al sonido brutal, los pequeños giros en el tono de la voz que se armonizan con los acordes de las guitarras se confabulan en crear la atmósfera ideal para exhalar, como indica el titulo de la canción, un grito final que eriza la piel.

 

"The dead don´t lie” Otra canción que camufla con el ritmo de la batería una fuerza letal con un tempo lento. El gusto de las guitarras nos transporta al sonido mas duro y típico del metal alemán clásico, una canción que se mide por latidos y que se siente en las texturas de la parte vocal que recorre todos las frecuencias y colores, bajando a la profundidad rasgada hasta subir a los agudos nítidos y limpios, sin dejar ningún tono por cubrir y deleitándonos con vibraciones en las notas cantadas, en el peso de cada palabra y acentuando el peso de las notas rasgadas por las guitarras.

 

“Crossfire” nos devuelve a la intensidad sonora del doble bombo y a los saltos de tono en la voz. que pasa de un tono alto y roto a un agudo desgarrado con pasmosa facilidad y culmina en un coro limpio en el estribillo. Las guitarras retoman sus riffs llenos de fuerza y contundencia, rivalizando en pegada con los golpes del bajo en el estomago. Una explosión de sonido donde el poderío de los instrumentos se hace notar en cada compás. Los puentes y el solo de guitarras nos abruma con un sonido pesado y unas escalas tan dinámicas que ambas parecieran estar compitiendo por ver cual logra erizarte más la piel. Un sonido clásico, una estructura potente y un sabor de boca tan bueno que no puedes escucharla (yo no puedo) una sola vez.

 

“March Boy March” es un agotador asalto a tus sentidos. Con un comienzo bastante tranquilo, hasta sereno, pero inquietante nos da el único respiro de todo el tema. Desde la primera estrofa, la velocidad de las guitarras hacen que las notas se disparen cual enjambre hasta tu oído, precisas e implacables y la voz te asalta con una urgencia notable. El estribillo sirve para afirmar esta sensación de prisa y movimiento que impregna el tema, como si pararte fuese el peor error de tu vida. Acuciante, incesante brutal y contundente, la canción parece perseguirte en cada instante.

 

“A tune i won´t forget” es otra balada que te parte el alma, la frecuencia de la voz es abrumadoramente triste, los golpes de piano se clavan en el corazón, si antes hablamos de velocidad y prisa, ahora todo se llena de una pausa y quietud absoluta. Cuando por fin rompen las guitarras, la textura y el tono en conjunto de estas y la voz lo llenan todo. La sensación de ser absorbidos por el sentimiento que se expresa, la textura de las voces al dirigirse al oyente, la armonía que lo envuelve todo,el contraste de energía en las dos partes en las que claramente se divide , todo  en un espacio de tiempo tan efímero, hace que todo sea de una intensidad abrumadora. Un final que te rompe por dentro y que es un colofón sublime.

 

 Un disco completo en todos los aspectos, composición, estilo, ejecución y forma de llegar al oyente. Un trabajo que nos transporta a la mejor epoca del Metal, donde la energía y la impronta de las canciones nos marcaban de por vida.

Texto: Arus3000

 
 

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