Un trabajo de 10 cortes que con el sello inconfundible de los alemanes, evoluciona sutilmente logrando mantener una coherencia sonora con su historia y que gracias a las 3 voces (Kiske, Deris y Hansen) dan aun mas versatilidad y frescura al disco, facilitando una escucha ya de por si increible.
            Empezando con Giants on the Run, Helloween abre con fuerza  un riff inicial contundente que va migrando a un tono melódico con una voz medio grave que poco a poco aumenta en volumen y agudo, rompiendo en un estribillo pegadizo como es costumbre en la banda, que regresa a la siguiente estrofa, suave otra vez y aumentando progresivamente el tono y velocidad. La voz es limpia, incluso en los momentos en los que el tono parece rasgarse por la fuerza de la interpretación llegando al momento de un puente precediendo a un combo de voces agresivas ante cada parte de un solo de guitarra veloz que rompe el ritmo y compás de toda la composición. En una pieza de mas de 6 minutos, las variaciones rítmicas, la melodía de las estrofas y el juego de las voces, fluyen con facilidad entre coros que reverberan en el pecho y erizan la piel al son de una batería inagotable y un bajo que marca el pulso en cada estrofa. Una declaración de intenciones y una muestra del saber hacer de esta banda, creando complejas piezas con las que tras 40 años siguen sorprendiendo a sus seguidores.

 

            Savior of the world es un tema “clásico” para la banda, un ejemplo de la fusión perfecta de power y speed metal. Desde el primer instante la batería de Löble no frena manteniendo un ritmo frenético que parece competir con la base rítmica de guitarra. La linea vocal mantiene un tono agudo durante toda la canción, con una facilidad que asombra, navegando entre el agudo limpio y notas finales que rozan el falsete, escudado por unos coros sutiles, dan forma a una melodía y un ritmo que destila  un aire de felicidad y positividad. Sin grandes pretensiones ni muchas florituras, un corte fresco y animado  como todos los que nos esperan durante el disco.

 

            A little its a little too much es el momento de coger aire después del ritmo frenético de su anterior tema. Con un inicio que personalmente me recuerda al sonido de los 80 (es una apreciación absolutamente personal) la cadencia y el tono medio de de la voz le dan un sonido más complejo y algo alejado del power y el speed sonando a un metal clásico que otorga a la escucha en conjunto del álbum un extra. Poco a poco según avanza el tema y se acerca al estribillo, podemos ver como se vuelve a el sonido que predomina en todo el trabajo y se empieza a notar que cada tema, tanto en orden como en la evolución sonora de estilos es un viaje entre estilos. Los cambios de de textura y de velocidad de los instrumentos, las pausas donde bajo y batería toman el control de la canción nos llevan a un estribillo pegadizo que se repite en la cabeza una y otra vez incluso después  de terminar la escucha.

 

            We can be Gods. Se nota desde el pimer acorde quien es el autor de este tema. La estructura de las guitarras que nos inunda como un tsunami, el tiempo y el ritmo de la batería, el sutil acompañamiento del bajo en cada instante, las notas del teclado en los compases justos y la textura y forma de la voz al cantar, se apodera de nosotros casi de inmediato. Uno de los puntos fuertes de la pieza es su solo de guitarra y el clima que crea según avanza en una carrera de escalas imposibles que culminan en un coro vocal que eriza la piel del oyente con tan solo unas pocas notas mantenidas, devolviendonos a la realidad con sus estrofas coreadas por las voces de estos 3 monstruos de metal.

            Into the sun. Una de las cosas que saben hacer en Helloween, son baladas que te dejan entre roto y emocionalmente flotando y este es el momento, justo a mitad del disco, meciendo al oyente en un abrazo de voces a diferente textura y volumen, compartiendo el mismo color pero con distinto tono e intensidad, navegamos en un mar de sonido dulce y eterno, sensible y fuerte sin ser veloz, con una ternura que constriñe el estomago y hace que el corazón palpite al compás de los contundentes golpes de batería y el pulso del bajo y así en esta amalgama de sensaciones, despacio, con cariño y de manera delicada, un casi susurro, nos deja con un deseo de volver a escuchar esta joya una y otra vez.

 

            This is tokyo. Para mi gusto es la pieza con el sonido más nuevo de las guitarras del grupo, la textura y afinación, algo mas grave que de costumbre, le dan un aire renovado al sonido del disco, es algo sutil pero que te hace fijarte en cada nueva estrofa. La velocidad cambiante entre estrofas, puente y estribillo dan a la pieza un cuerpo muy agradable y fácil de escuchar. Quizás de una escucha algo simple si se desglosa por partes, pero todas juntos hacen de este tema uno de mis favoritos del disco. Los cambios entre ritmos son constantes y hacen destacar sobre todo el conjunto el mejor estribillo del disco (en mi humilde opinión).

            Universe (gravity for hearts) Increíble todo lo que se puede hacer con 8 minutos de música. Un inicio suave y calmado, que logra crear una atmósfera etérea es la antesala de una vorágine de poder y velocidad. 2 melodías distintas (casi 3) donde la voz flota en los rápidos ritmos de una guitarra que crea su propia linea de musicalidad, todo ello bajo la implacable potencia de un ritmo de batería implacable que solo en los puentes deja tomar algo de aire antes de llegar a un estribillo precios y lleno de armonía. Los cambios de ritmo y de la propia esencia de la canción se hacen notar en espacios de tranquilidad donde el cambio de la voz, la textura y energía de los instrumentos y el propio ser de la pieza en si, nos transporta a una composición distinta, casi a otra canción dentro de la propia canción... Entonces una nueva vuelta nos sorprende y una nueva linea musical y estilo aparece unas estrofas escudadas por un coro de voces que tiñen de un nivel de sonido teatral el estilo de la interpretación. En una pieza tan larga, es normal encontrar varios interludios de sonido puramente instrumental y en esta pieza son no uno ni dos, sino 3 “solos” distintos que nos arropan e inundan antes de regresar a la velocidad que nos apabullo en su inicio. La complejidad de la composición e interpretación de los instrumentos, la variación de los ritmos y texturas junto a una linea vocal definida, nítida, limpia y potente, hacen de este tema una obra de arte.

 

            Hand of God. Una pausa rítmica necesaria después de asimilar el tema anterior. Un ritmo medio que invita a disfrutar los matices sonoros de unas guitarras una vez más, de un sonido y texturas cercanas a los tonos medios y una linea vocal que resuena como si se tratase de un conjunto coral perfectamente sincronizado. Una comunión de una base rítmica solida y contundente donde las estrofas se llenan con una sensación de entereza y que culmina en un estribillo pegadizo. Un remanso de paz hecho canción

 

            Under the moonlight.  Otra pieza de las que inspiran alegría, el tono y la frecuencia sonora de toda la pieza provocan una animosidad positiva durante la escucha. La forma en la que esta compuesta provoca que se quede pegada en el cerebro con su ritmo medio y una letra pegadiza. Las variaciones vocales son pocas, manteniendo la misma linea y el resto de instrumentos continúan esa estabilidad en el sonido y estructura hasta que llegan a unos pequeños oasis que rompen la homogeneidad del paisaje sonoro, unos puentes formados por un coro vocal distintos en todos los aspectos al resto de la cancion pero que encajan a la perfección, dando color y sentido al conjunto.

 

            Majestic. Si algún tema podia rivalizar con Universe, es este. Desde la primera nota de la voz, podemos intuir que va a ser una vorágine épica de ritmos, texturas y cambios instrumentales y así es. Toda la canción es una evolución de estilo, sonido, forma y color, varios tonos y cambios de velocidad en la interpretación que se unen en un estribillo que por simple es glorioso, destinado a ser coreado una y otra vez a todo pulmón. Cada instrumento tiene su presencia destacada, las guitarras como no, poseen una presencia abrumadora y destacan en cada compás, pero de fondo (no tan fondo, puesto podemos notar en cada momento su presencia) los ritmos de la batería crean su propio cuerpo y el bajo da una sensación de peso y cuerpo a cada nota tanto vocal como instrumental. Las secciones en las que se divide esta pieza encajan entre si creando un mecanismo musical perfectamente engrasado y complejo. Cada segmento es único, cada estrofa un aura propia, cada puente un cuerpo propio y nota a nota, latido a latido, nos fundimos en un descenso de volumen, perdiéndonos en un final eterno.

Review: Arus3000
 
 

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