La banda de garage-psych Vasoline Tuner lanza el nuevo video “Chilling with My Zombie”
Cuando Vasoline Tuner anuncian material nuevo, prácticamente puedes dar por sentado dos cosas: va a desbaratar tus expectativas y no sonará como nada más que se haga ahora mismo en la Costa Oeste. El trío del sur de California —comandado por el científico loco del sonido Billy Tsounis— acaba de estrenar un videoclip caleidoscópico para su más reciente single, “Chilling with my Zombie”, y es exactamente el tipo de sueño febril híbrido de géneros que su público de culto ansía.
Imagina un riff del tamaño de Sabbath estrellado en un viaje ácido a lo Flaming Lips, cosido con el descaro garage-psych y acechado por las voces de Tsounis bañadas en eco. Después ponle imágenes: un tipi polvoriento, animaciones nerviosas y colores deformados de VHS que mezclan el cine de medianoche de los 70 con el glitch-art de 2025. Descubre la entrevista completa con la banda.
“Chilling with my Zombie” se siente como un viaje psicodélico a través del tiempo. ¿Qué inspiró la canción, tanto musical como temáticamente? El riff nació en un sintetizador con un beat electro recto “four-on-the-floor”. Me gustó ese patch, improvisé y luego lo pasé al bajo para la maqueta. El tema proviene de una sensación general: la glorificación y aceptación de la apatía en la gente, lo que genera una vibra zombie. Al final, quizá esos sean los únicos “amigos” que puedas tener: zombis. Así que, solo relájate con uno… o conviértete en uno y sé uno con él. Aliméntate y devórate al mismo tiempo.
La canción mezcla riffs pesados de rock setentero con texturas psicodélicas modernas. ¿Cómo equilibran lo vintage y lo contemporáneo? No lo planeo mucho: grabo la idea que me gusta y después añado lo que sea. Me atrae una gran variedad de sonidos y texturas, y eso suele derivar en lo psicodélico. Amo los riffs bombásticos de los 70, las texturas post-punk, los remolinos de sonido variados… Me aburro fácil, así que tengo que entretenerme.
Cuéntanos sobre el proceso de grabación. ¿Hubo algo que surgiera de forma inesperada? En realidad, todo fue inesperado, como siempre. El riff salió en un sintetizador en el trabajo; luego apareció la frase “chilling with my zombie”. Cuando la sección rítmica —Julio y Austin— la escuchó, la grabamos en una o dos tomas. Así se mantiene fresca: supuestos errores incluidos, pero cada uno tiene su momento perfecto, así que lo dejo tal cual y paso a la siguiente canción.
El videoclip tiene una identidad visual muy marcada. ¿Quién ideó el concepto y qué tan involucrada estuvo la banda? Encontré una especie de tipi en un descampado cerca de casa; parecía que alguien había dormido allí, consumido drogas, pintado las paredes… Decidí que podíamos filmar alrededor. Todo desierto y algo inquietante. Tomamos tomas desde varios ángulos y luego se ensamblaron junto con una animación que ya tenía. El director se puso artístico y listo.
El título “Chilling with my Zombie” es una locura. ¿Hay alguna historia detrás? Viene de observar a tu alrededor y ver algo parecido a un apocalipsis zombie: una auto-zombificación en la que el consumidor se vuelve caníbal.