Letras muy duras (+21 y cierto nivel cultural) y ritmos que cortan la respiración, te ahogan o asfixian, según se tercie.
Hola, amantes del metal extremo, traigo novedades, mandanga de la buena. ¿Qué tal habéis echado los meses dentro de la freidora de aire? Algunos de nosotros hemos sobrevivido en Sevilla sin pisar ninguna superficie de agua mayor al plato de la ducha. Hacía tiempo que no me dejaba caer por la web de SevillaMetal para saludar y, ya que el Guadalquivir pasa por Coria, quería aprovechar para dejaros una review de alguna de las cositas de metal extremo que se cuecen en el underground patrio.
En esta ocasión, os he traído para analizar el último larga duración de la banda de porngore metal Cabaret Aberrante. Desde 2018 que no teníamos noticias de este proyecto pero, sorpresa, en julio de 2023 los teníamos de nuevo con sus aberraciones. Para hacernos una idea del nivel de agresividad y violencia que trae este álbum solo hay que ver el título: Brutalofilia. Ahí, sin remilgos, ni medias tintas y sin florituras. Como si de un espectáculo entre sala de despiece de matadero, sala erótica y show de variedades de pueblo (pero con buena calidad acústica) vamos a entrar en esta propuesta musical. Acomoden sus traseros en sus butacas (asientos del coche, furgoneta de reparto, tractor, cosechadora, vehículo de servicios funerarios, taburete de bar), ajusten bien el monóculo y disfruten del show.
Solamente viendo la portada nos podemos hacer una idea de lo que vamos a escuchar. A diferencia del anterior trabajo, el concepto de portada partía de una base fotográfica con una modelo profesional en un primer plano facial con una expresión y gesticulación que transmitían bastante carga de pánico, desesperación y asco como tema central y con la manipulación digital lo más justa posible para conseguir los efectos visuales que se pretendían, con esta última nos encontramos una línea mucho más trabajada en el sentido técnico. Mediante la creación de dos planos, el primero de un fondo enmarcado y el segundo de una escena central de base fotográfica realista que le aporta más verosimilitud al conjunto se da unidad a toda la línea artística. En su anterior trabajo pasé de puntillas en este apartado pero en este trabajo me quiero parar con calma pues tiene “cositas bonitas” que merecen la pena ser analizadas con pinza, lupa y guantes.
Fijémonos en el contexto y los objetos antes que en los personajes. Tenemos en primer plano una rueda de tortura con agua accionada por dos personajes encapuchados cuan monjes del tribunal moralizante de la Santa Inquisición. Pero no es la única “herramienta” que podemos ver. Fijaos en el hacha de guerra, la alabarda (partisana), las cadenas, ¿un escudo oxidado?, dos máscaras de hierro, la red, las correas y las mordazas. Por un lado los elementos castigadores del pecado y, por otro, los símbolos satanistas por antonomasia como Baphomet alado sedente puño en alto y las dos serpientes que acompañan el caduceo de la sanación atribuido a Hermes primero y después al dios Esculapio (símbolo de las religiones antiguas) en lo que parece ser un altar con su arquito ojival y todo.
Si nos detenemos ahora a observar los personajes de la escena, encontramos tres grupos de sujetos: activos, pasivos e inertes. Por activos entendemos a los dos encapuchados, hombres o género masculino, los cuales accionan la rueda en donde dos sujetos pasivos, de género femenino (con atributos muy acentuados para que no quede resquicio de duda alguna) una en la parte superior y otra en la parte inferior bajo el agua que aún respira aunque le cueste (se ve que está viva por las burbujitas). En tercer lugar están los sujetos inertes, que son también de género femenino, inmovilizados y donde no se aprecian signos vitales o aguantan la respiración de manera agónica.
Las interpretaciones se pueden disparar al infinito dependiendo del lado en el que te situes. Por un lado podemos ver la victimización de la mujer como sujeto pasivo, como receptora de todas las acciones de tortura. Por otro, aplicando el pensamiento misógino tradicional de la religión judeocristiana, la mujer sería toda causa del mal y por lo tanto, debe ser castigada y vejada por ser la causa del pecado.Siguiendo esta segunda interpretación, el hombre actúa como justiciero y mano ejecutora del mal. Jugamos aquí con una dualidad de vida y muerte, justicia y tortura. En cualquier caso, la carga simbólica es de alto impacto.
Respiremos un momento, porque ahora queda lo mejor del show. Ante todos ustedes, diez cortes dispares jamás vistos antes en unos audífonos, reproductores o vehículos con altavoces que les harán disfrutar como nunca del arte del brutalismo musical en estado puro sin suavizante ni anestesia.
Se abre el telón con acompañamiento de piano para presentar el primer corte titulado “Nacida para ser violada”. Ante nosotros hay un pasillo que nos va a guiar a las gradas del teatro o a las bancadas del templo donde se celebrará el acto central de este espectáculo sonoro. Conforme avanzamos en el tema, vemos una colección significativa de samples y efectos que acompañan a los acordes más death de ambiente tétrico donde no es difícil sentir ese rechazo por lo más bajuno de nuestra condición humana. La subsistencia de quien desde su nacimiento no tiene más remedio que asumir el estar al servicio de los demás. Así, en la noche de los callejones, tenemos la atmósfera perfecta para conocer a la protagonista, a la mujer que se ofrecerá para eximir el pecado original.
Segundo acto del espectáculo: “Eugenesia cancerosa”. Condensado en casi cinco minutos y medio de angustioso ritmo partido combinado con acordes vertiginosos de guitarra, este tema es la mejor carta de presentación de todo el conjunto. A poco que te fijes en la letra, que por recomendación de la redactora, es mejor leer con calma y entrando en el juego que se nos propone a fin de entender el tipo de mensaje que se nos quiere hacer llegar. El brutalismo puro de un ambiente asfixiante gobernado durante demasiado tiempo por la falta de sentido común desencadenando las consecuencias más atroces provocadas por la consanguinidad y la selección de engendros horribles, es decir, todo tipo de malformaciones dignas del circo de los horrores.
Siguiendo con la línea del espectáculo repugnante, procedemos al siguiente acto. Con “Adicto al vomipurgante” vemos como la perspectiva cambia pasando desde el graderío a la primera persona del actor protagonista de una escena porno/gore de tintes necrófilos bastante desagradables. Con los acordes instrumentales se crea la atmósfera adecuada para ponernos en situación y llegar a conectar con el yo lírico, ejemplo de depravación elevada a la máxima potencia. Dentro del metal extremo, se puede considerar una joyita técnicamente hablando. Se puede decir que todo está bien hecho, sin flecos, sin hilos flojos y sin parches.
Cuarto acto: La eucaristía. “Transverberación”, del latín: transverberatĭo, o traspasar los límites. Como acto central del espectáculo, asistiremos al gran misterio de la transverberación alcanzando una de las mayores experiencias místicas que reconoce la iglesia católica consistente en una unión íntima con Dios. Partiendo del caso más conocido del éxtasis de Santa Teresa de Jesús el cual sirve de inspiración para crear la ambientación de este tema para deformarlo de la manera más gore y desagradable posible. Si nos centramos en el apartado técnico instrumental y compositivo, se puede ver un enorme conocimiento para buscar, encontrar y trabajar los acordes, los ritmos, los silencios y la limpieza de postproducción con una finalidad: una composición casi perfecta.
Descanso para visitar el “Museo helado”. Nuestro maestro de ceremonias y guía espiritual nos invita a acompañarle por las distintas salas que componen un tenebroso museo de los horrores. Mediante un paisaje sonoro denso y trazado al milímetro mediante un juego a dos voces con ritmos grind que gana presencia al death, nos adentramos a las salas de trabajo de los especialistas como es la sala de autopsias de un tanatorio para pasar a la morgue donde se conservan los cuerpos y que viene a ser la sala de exposiciones y por último, el velatorio en donde la gran obra maestra se muestra al público para rendir respeto. Por un momento, me ha traído a la mente un recuerdo relacionado con el pasillo que comunicaba el ascensor de un hospital con su morgue. Hoy sonrío recordando, pero había días en los que estar en ese pasillo esperando la ambulancia para volver a casa se hacía desesperante. A ambos lados del pasillo, camillas, sillas de ruedas y sillas de sala de espera ocupadas por personas que salían de la sesión de rehabilitación. De vez en cuando, la puerta automática del pasillo se abría y aparecía una camilla de aluminio empujada por un señor pulcramente vestido con traje de chaqueta oscuro y camisa blanca o celeste. En ese momento, había varios tipos de reacciones desde los que despavoridos se iban a otras salas de espera, los que se salían a la calle dando la espalda, los que agachaban la cabeza cubriéndose los ojos con la mano a modo de visera a los que, ojipláticos, seguían con la mirada fijamente cómo se adentraba en el pasillo y se perdía en el ascensor la camilla de aluminio y esperaban expectantes el regreso portando el fiambre de turno. Con este tema, podemos tener estas tres reacciones a la vez, os lo aseguro.
Quinto Acto. Con la pesadez de acordes de tendencia blacker, y efectos sonoros chirriantes, entramos de nuevo a una nueva función de este teatrillo de lo desagradable. “Enema cerebral” se extiende durante ocho minutos en una atmósfera angustiosa donde casi se puede percibir la pestilencia de las cloacas que caminan hacia la depuradora y donde se dejan a su suerte al tú poético, al espectador. Se puede decir que la combinación de distintos estilos que van del black clásico, al death técnico y a las guitarras afiladas más melódicas consiguen resaltar aún lo feo de esa atmósfera. A pesar de su duración, que es genial para darte una ducha por la mañana y no pasarte, se hace muy digerible y se lleva bien
Pausa para pensar. “Nosce te ipsum”. Este corte instrumental donde el piano se hace protagonista, nos hace detenernos en seco. Rememorando las grandes bandas sonoras de las películas de terror de serie b y el sonido de las cajas de música, podremos viajar hacia nuestro interior y reflexionar sobre nuestra existencia, miserable y mal llevada.
Acto final, ”Follada hasta morir”. Denso e intenso, se cierra este espectáculo, que no el disco. Llegamos al cúlmen de esta obra en donde se presenta el plato fuerte en donde los actores (matarifes) harán una demostración con las reses (mujeres) que se sacrificarán para deleite de los asistentes. La lectura superficial es desagradable, más que reprochable, más que reprobable y condenable pero, sin embargo, la lectura profunda deja un sinsabor que sirve para darnos dos guantazos de los fuertes para que espabilemos. La cosificación y animalización de la mujer al servicio del hombre llevados al máximo grado, a la brutalización, no es nada nuevo. La única diferencia entre la verbalización literaria, artística y musical y la real son los matices que configuran una verosimilitud, esto es, que parece real pero solo es un juego creativo.
Como pieza de celebración tras la función, se presenta “Burdel lactante”. Llega el momento de crear expectación sin escatimar medios técnicos. Para mi gusto, este es uno de los temas más trabajados, con cambios de ritmos tan trepidantes e intensos como su letra. Seamos honestos, no es muy digerible si no tienes perdida la sensibilidad emocional o has aprendido a gestionar tus emociones.
Y como cierre de este espectáculo de la crueldad humana, cierra el disco “Perras famélicas”. Si tenemos en cuenta todos los cortes, la línea argumental y el estilo musical que se pasea entre el grind, el death y el black, no esperéis encontrar otra cosa. Otra obra de arte de esta sádica exposición, no cabe la menor duda, pero… con la rotundidad de quien sabe lo que hace y quien ha demostrado de manera sobrada su maestría no solamente en este disco sino en toda su discografía.
Sobre el proyecto de Cabaret Aberrante podéis encontrar cositas en youtube, en facebook y en su página web. Sobre la línea que lleva, puede recordarnos a Cannibal Corpse, Brujería, a veces a Mayhem y deja pinceladas que recuerdan a las bandas de la línea dura de Base Records. Y a vueltas con Base Records, en lo que va de año, pocas cosas malas han sacado. De momento, ninguna, convirtiéndose en un sello confiable y formal.
Por otro lado, hay cosas en la postproducción que hubiera hilado un poco más fino y pulir un poquito más para ganar en calidad sonora para que en mi minicadena de 1994 sonase algo menos saturado y más limpio. Aún así, se nota que ha quedado muy digno e íntegro.
Y ya para finalizar, vamos a presentar al artífice de semejante atropello sin frenos y chorreando aceite cuesta abajo. Con todos ustedes, como voz, letrista y compositor principal, el mago de las cuatro cuerdas, el que con un riff te provoca más angustia que ver una culebra intentando escapar de una sábana de raso y que da más mamporros de los buenos con las baquetas… el inigualable, maravilloso, fabuloso y retorcido hombre con el don de la ubicuidad, Fernando (aplausos y silbidos elegantes desde el graderío puesto en pie).
Esta vez no hay nota, ya la puse en la review que hice del anterior trabajo y que podéis encontrar en la web de SevillaMetal buscando por el nombre de Cabaret Aberrante y se mantiene aunque este trabajo es técnicamente y en todos los aspectos mejor. ¿Motivo de no modificarla? Simplemente porque al igual que el proyecto de Cabaret Aberrante ha mejorado, también lo ha hecho el nivel de muchos trabajos que han publicado y mi criterio también se ha vuelto más exigente a la hora de analizar un disco.
DESCARGA LA REVIEW COMPLETA AQUÍ
Links donde encontrar, escuchar y odiar (o https://www.facebook.com/CabaretAberrante
https://cabaretaberrante.bandcamp.com
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