Sevilla, 6 de septiembre de 2024, Pradera del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC). La primera cita relevante en la agenda metalera sevillana de septiembre de la vuelta al cole postveraniega se presumía de órdago con dos primeras espadas del rock/metal estatal más irreverente, blasfemo y violento con espíritu punk rabiosamente contestatario, resultando una evidente demostración del por qué llevan tantos años ambos grupos, cada uno en su lenguaje-campo musical, en el vagón de cabeza de favoritos para los amantes de los sonidos extremos.

Se agradece la amplitud y comodidad del espacio del recinto del CAAC, bien equipado en escenario, barras, aseos y puestos de comida, así como la amabilidad y detalle de la promotora encargada de la producción del evento (Rock´n´rolla) al facilitar -como debe de ser-pases VIP en zona privilegiada y elevada, al efecto de cumplir con nuestra labor informativa, tanto a este humilde cronista como a mi compañero Pedro Danta (gran fotógrafo) que adornará el presente relato con sus magníficas instantáneas, las cuales sólo podían ser disparadas en el transcurso de dos canciones por banda.

Con ambientazo previo (vimos incluso a algunos de los primeros punkis hispalenses) y la peña expectante y calentita por los copazos ya ingeridos, a las 22 horas y un minuto sonó “The ace of spades” de Motorhead y se apagaron las luces para que SOZIEDAD ALKOHÓLIKA irrumpiera en las tablas con un sonidazo de escándalo, de altísimo nivel del que te golpea el mismo estómago, soltando de sopetón las explosivas “Perra vida”,  “Pelota” y “Padre Black&Decker”, seguidas de varias andanadas de su más reciente álbum “Confrontación” de 2024 (ya el décimo, tras 7 años sin canciones nuevas, en los que lanzaron 2 directos). Fuerza bruta y pegada a raudales, muy bestias y con calidad técnica: ejemplo perfecto del cruce entre el hardcore, el trash-metal y el crossover más la agresividad innata y punkarra de la voz de Juan quien lleva comandando este barco desde 1988.

La banda sonaba sólida y compacta a más no poder, como ella sola, absolutamente profesional en todas sus dimensiones, con esas dos guitarras asesinas (chapeau para el otro de la vieja guardia Jimmy -ahora también productor- e Íñigo desde 2009) y esos solos rapidísimos y desquiziaos capaces de volverte majareta perdío. Completando la formación la base rítmica del bajista Pirulo (con ellos desde el 96) y el nuevo fichaje a la batería Míkel Gómez (ex Lampr3a y Childrain) quien, a pesar de ser un bicharrako dando palos, dudo mucho que supere a los anteriores -Alfred y Roberto-.

Fueron cayendo algunos viejos éxitos coreados y bien sudados por la basca cuyo número debió rondar las 2.000 personas entregadas a la destructiva ceremonia, sonaron proclamas del tipo “muerte al fascismo” (qué alegría ver ondear entre el público una bandera palestina)  y cortes como “Política del miedo”, “Palomas y buitres”o “Ratas” enlazando con una de las más punks y primitivas del repertorio como “S.H.A.K.T.A.L.E” (Siempre Hay Alguien Ke Te Amarga La Existencia): impagable aquello tan lindo y bucólico-pastoril de “…en tu puta cara voy a vomitar”, je,je. Luego tronó “Tijera contra papel” y dijeron agur a las 23 y 12 minutos. Al momento volvieron los vitorianos a la carga para echar 10 minutillos más y largar tres trallazos como “Cuando nada vale nada”, la juguetona reggae festiva de “Motxalo” proclamando el lema “Stop genocidio, viva Palestina libre” y el cierre definitivo con “Nos vimos en Berlín” al grito de “judío kabrón” para poner el lazo a su tremebunda hora y 20 minutos de show demoledor.


Tras una hora exacta de reloj entre actuaciones para retirar el equipamiento de los primeros y colocar el de los segundos, a las 12 y 23 minutos entraron a matar nuestros paisanos NARCO al rapero compás de “Mosqueao primo estamos mosqueaos…con los de azul y con los de verde” zambulléndonos a la voz de ya en su particular y peculiar universo drogota en el que la conexión Sevilla-Medellín resulta automática: “dónde están los 100 kilos de mierda…todos sospechan de todos en el punto cero…son ellos los camellos, son ellos, la policía son los camellos” toma que toma pa que almuerces y comas jaja.

Pude comprobar con sumo placer cómo los tres pilares básicos del magnífico y contundente sonido de la banda se mantienen firmes e intactos: a saber: los Maidero (Agu “Amnésico” al poderoso bajo y coros y Nacho “Diablero Díaz” a la muy cabrona guitarra respectivamente -ambos ex Dr. Bad-) y Pedro “Abogado del Diablo” el DJ haciendo encaje de bolillos con sus intros, programaciones, samples, escratches, dándole ese toque electro e industrial único que los hizo pioneros en este país en su campo. Añadimos la pegada del batera Caraperro más el dinámico juego de dos voces raperas (“Distorsión Morales” y “Rey Ezequiel”) con ese espíritu de los inadaptados de barrio obrero en nítido riesgo de exclusión, alternando guturales y esas parrafadas preñadas de hip-hop y poquísima vergüenza (o más bien ninguna) en sus impagables letras machacando todo lo que pillan, con ese sentido del humor negro y andaluz a partes iguales y tenemos todos los ingredientes que conforman la singularidad intransferible de este grupazo metalero idolatrado por su legión de seguidores.


Aquello era una fiesta de las gordas con el respetable ya despendolado del tó, la cachonda “No voy a volver a trabajar en los Hermanos Gómez”, “Suicídate”, “Anticrista” con una fémina invitada a cantar –se proclamó el “viva Palestina libre”- y “Mi madre es una yonki de la automedicación” dieron paso a la genial intro de cornetas y tambores de la semana santa para arremeter (disfraz de penitente mediante) con “La matanza cofrade” y la ya inmortal “Dios de madera”: “… pues claro que no, no creo en tu dios de madera”. MUCHA TELA IO.

Llegó la hora de “El Trapichero” en el que aparece (creo que el mismo actor del guasón videoclip) repartiendo y tirando mandanga, esparciéndola hacia el público…”viva el Betis y la melva gratuita” anda que no ni ná, oleeee. Luego “Dame veneno” y otro invitado (DJ Karpin) metiendo toques electro-dance chunda chunda y liarse a katanazos seguida de la versión de los Primera Línea y del punto gore desmembrando del “Soy el matarife de los humanos” que dio paso a la hilarante “Johnny el robot” con el consiguiente descojone de la performance del mismo (se pidió a Juanma Moreno un Johnny pa cada familia andaluza) y su voz robótica alternando con las otras cual Pimpinela.


La última artista invitada se desgañitó agusto gritando “Ella tiene lamprea que sale por donde mea” terminando el torbellino sonoro a las 1:50 horas con el pistoletazo final de “El chispazo” que nos dejó felices y más que satisfechos por haber vivido un doble espectáculo de hardcore y metal en el que nuestra escena underground demuestra seguir conservando cierta peligrosidad social, algo muy de agradecer.

 

Texto: Eduardo “Powerage” Pineda.

Fotografías: Pedro Danta.

 

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